Maratón: Cada vez más lejos

Hola!!

Como acabas de ver por el título del post, mi objetivo de debutar en el próximo maratón del día 22 de febrero, está cada vez más lejos.

-“Ya sé, ya sé...”-.

Después de tanta lata que te llevo dada con la dichosa prueba y la de artículos que he creado contándote mis peripecias, voy hoy y te suelto esto; así, sin más cariño y sin más anestesia… 

-“Desde luego… ¡vaya tela!”-. Jejeje

Bueno, ahora en serio. 

Lo de poder debutar este año en la maratón lo veo francamente difícil y complicado. Por lo que estoy viendo, parece que lo de la rodilla va para largo.

Tengo claro es que no se trata de los meniscos, la rótula o los ligamentos. Parece que todo apunta a algún tipo de desajuste muscular, pero… ¿cuál o cuales? Aún no lo sé, pero si se que se trata de la cadena posterior.

En la última “locura” que he realizado me he marcado un trote suave de 14,1 Km por terreno de asfalto, camino de tierra compactada y rampas. De lo que se trataba es de ver dónde está el límite de la articulación; vamos, de ver si la rodilla falla en estabilidad, se bloquea o algo parecido.

Imagen: Nike+

Esta prueba me ha dolido. 

Correr con molestias, a veces con dolor y ver como al bajar una rampa pronunciada la rodilla no hace “acto de presencia” para dar la lata, me ha dejado a cuadros. Igualmente, ver como se empieza a empinar el terreno y ser capaz de mantener el ritmo como si estuviese en llano también me ha llamado la atención.

La sensación con la que me he quedado es como si fuese algo en los isquiotibiales o en la zona del gemelo lo que está fallando y se me refleja en la rodilla. También he llegado a experimentar una cierta cojera que no sé si es producida por la rodilla, por una falta de flexibilidad en el tobillo izquierdo o en la cadera derecha que me hace apoyar la pierna izquierda en carrera de forma diferente y se me resiente la “maldita” rodilla.

Lo único que he secado en claro es que mi próxima parada pasa por las hábiles manos del fisioterapeuta para que me “torture” más a fondo. 

Y sí, creo que en esta ocasión voy a “sufrir” en la camilla (¡no sé yo por qué…!).

Nos leemos pronto!!