Si la semana pasada te contaba (con vídeo incluido), cómo
me había ido en la ultra maratón, esta semana quiero contarte algunas cosas
que, por cuestiones de tiempo y por no hacer un post infinito, se quedaron
fuera.
-“¿Qué tal si te las cuento ahora?”- ^_^
Bueno, como puedes imaginarte, vamos a comenzar por el
principio; “como siempre”. ;)
Cosa 1: El desayuno
Como ya sabes, esto es lo que más me cuesta nada más
levantarme.
-“Ponerme a comer a lo “bestia” mientras aún tengo los
ojos pegados y los pensamientos en la almohada…”-.
En esta ocasión el desayuno consistió en:
- Café con leche.
- Fruta (plátano y naranja).
- 500ml de agua con un suplemento alimenticio a base de hidratos de carbono, proteínas y copos de avena.
- 500ml de agua con un complemento de hidratos de carbono.
-“Y no me entraba nada más en la tripa…”-. - _-!
Caso 2: El material
Aquí seguí con mi ritual de dejar las cosas preparadas la
noche antes encima de la mesa.
Me llevo puesto:
- Camiseta Asics Fujitrail, con impresiones de silicona en los hombros para reducir el rebote de la mochila.
- Gorra, mallas cortas compresivas y perneras de compresión de la casa Coreevo.
- Calcetines y citurón de trail de Arch Max.
- Impermeable de Joma.
- Polainas de Gore (las mismas que llevé al cross dunar)
- Pulsómetro y reloj Suunto Ambit 2R.
- Mochila Asics Fujitrail.
- El Smartphone (“¡Para grabar los vídeos!”)
Me llevo en la mochila:
- Hidrapack de 2 litros con agua
- 2 botellas de 500ml cada una con complemento de hidratos de carbono, proteínas, creaitna y BCAA.
-“Esta mezcla está pasable de sabor, pero es muy buena
para cuidar la musculatura y aportar energía al cuerpo durante la carrera. Sobre
todo en el último tercio de la prueba”-.
^_^
- Luz frontal y trasera. (Por si me pilla la noche o hay niebla densa)
- 4 geles de glucosa con cafeína.
- 8 barritas de proteína (5 de proteínas con sabores + 2 de proteínas vegetales con frutas + 1 de proteínas post-competición)
- Manta térmica (por si acaso)
- Ipod + auriculares
- Bolsa estanca con muda de camiseta y calcetines.
- Bolsita con esparadrapo y gasas estériles.
- Bote de réflex en aerosol.
- Silbato.
- Bolsa con batería externa y cables para el reloj y el Smartphone.
Caso 3: Elección de las zapatillas
-“¡Uf!, aquí sí que me lo estuve pensando”-.
Como estaban los días anteriores de lluvias y demás y,
con las previsiones del tiempo para el día de la carrera, la elección más adecuada
de las zapatillas para utilizar el día de la carrera se volvió en una pequeña
locura.
Por un lado tenía a las reinas del barro; mis Salomon
SpeedCross3. En condiciones complejas son unas auténticas bestias el rendimiento que te dan.
Lo que me echaba para atrás es que al ser ajustadas al
pie, no quería correr el riesgo de volver este año a perder las uñas de los
dedos gordos.
Y por otro lado tengo las New Balance 910v3. Más anchas
de palas y con un pequeño refuerzo en el interior para la pronación del pie,
pero con una malla menos tupida que, ante un gran aguacero, no van a impedir la
entrada de agua.
De estas zapatillas lo que me mata son los cordones
planos. No sé por qué, pero termino peleándome con ellos porque los noto en el
empeine y no voy cómodo.
-“¡Y mira que son planos! Pues no hay manera…”-. >.<!!
Así que me decanté por la comodidad y les cambié los
cordones por otros redondos de cierre y apertura rápidos.
-“A la postre acerté de lleno en la decisión, jajaja”-. ^_^!
Caso 4: La línea de salida
Esta vez llegamos bien de tiempo. Eso sí, con tanta agua
en la barriga y viendo como caía suave algunas gotas, me hacía pis encima.
Menos mal que en los baños químicos que pone la
organización en la salida no había mucha gente esperando y me pude quedar
tranquilo. XD
Después de esto sólo quedaba esperar a que diesen la
salida y mientras estábamos la jefa y yo de charloteo. Hasta que llegado un
momento de dijo:
-“Oye que estamos aquí de charla, ¿y tú cuando vas a
empezar el calentamiento?”-.
Me encogí de hombros y le dije:
-“Tengo 71 kilómetros por delante para calentar, ¿no? ¡Puuuuues
ya correré para entrar en meta!”-. XD
Me hizo mucha gracia la cara que puso con los ojos muy
abiertos y la boca pequeña (en plan muñequito de dibujitos japoneses).
-“¡Tú mismo! Yo voy en coche…”-. Me replicó con desdén, y
nos reímos.
Creo que no se dio cuenta que mientras hablábamos los
saltitos y el no estarme quieto no era por el frío. “¡Si es que es muuuuuu chica!, jajaja”.
Al poco nos llamaron para salir y, tras la salida
neutralizada, al pasar a su altura nos despedimos diciéndonos adiós con la
mano.
Caso 5: Pisa con garbo
Como ya te comenté en el post pasado, había zonas por
donde era mejor ser cautos.
Lo menos malo que te puede pasar es que te resbales y que
de ahí no pase, pero cuando llegas y la lluvia que ha caído ha creado una fina
capa de agua encima del barro, y este está liso (como un suelo encerado), te
puedes jugar en tipo si pisas mal y, además de acabar por los suelos, hacerte
daño en los tobillos y/o rodillas.
Así que mejor bajar el ritmo (o incluso andar) y
asegurarse de pisar firmemente.
Otra cosa que me pasó en esta situación es que las New
Balance se agarran al barro que dan miedo y luego hay que hacer un pequeño
extra para tirar de las zapatillas embarradas; pudiéndote pasar factura (por
cansancio), más adelante.
En cuanto a los charcos… ¡mejor no meterse! Porque
sencillamente, se nos inundarán las zapatillas y luego tendremos que ir con los
pies mojados.
Caso 6: Congélate en el Avituallamiento
En las zonas de avituallamiento además de darte agua,
comida, refrescos, sales minerales y fruta, hay “cosas” que pasamos por alto y
que nos pueden ayudar a mitigar la sensación de cansancio y dolor de las
piernas.
-“¿Aún no sabes de qué te estoy hablando? Vaaaale, te lo
cuento”-. ;)
Me refiero al hielo con el que mantienen frescas las
botellas de agua y los refrescos. Es algo que está ahí y que casi nadie usa.
Así que sólo tienes que pedirles un poco y refregártelo por las piernas en general
o por donde ya tengas ciertas molestias.
-“¡El frío hace milagros!, jajaja”-. ^ .^!!
Caso 7: Parada técnica
-“¡Uy que de kilómetros! Y que largos…”-. ^_^
Vale, voy a ser escatológico. En algún momento tendremos
que pararnos a vaciar la vejiga y, como suele suceder, siempre nos pasa en el
peor momento posible de carrera.
Lo normal es que la aflojemos mientras seguimos en
carrera.
-“Venga, venga. Seguro que alguna vez te has hecho pis
encima. ¡Confieeeeesa!”-. ^.^!
Este año no lo he hecho. Días antes en el trabajo tuve
esta conversación con un compi del trabajo que no se cree que sea capaz de hacerme pis
encima durante la carrera.
Según él, “¡eso no es posible! ¿cómo vas a ir meado toda
la carrera?”, te tienes que parar y buscar un bar o un rincón o algo similar
para poder mear.
-“Yo es que me parto de risa con él por como lo dice y
como lo vive. ¡Es divertidísimo!”-. XD
Así que esta vez, cuando tuve ganas de aligerar el peso
interno, me fui a un árbol y, al grito de “(nombre del compi), va por tí”,
regué el pino.
-“Lo que nos hemos reído en el trabajo cuando se lo he
contado”-. XD
Caso 8: Usando los recambios
Como te he contado anteriormente, en la mochila llevaba
una muda estanca con una camiseta y un par de calcetines.
Pasado el punto de avituallamiento del PK48, encontré una
pequeña elevación del terreno donde poder sentarme.
Me quité las zapatillas y me cambié los calcetines, ya
que los llevaba mojados de la lluvia anterior y había empezado a sentir los
pies fríos.
Revisé los vendajes de los dedos gordos y como estaban
bien no los cambié. Masajeé algo los pies para movilizar algo más la
circulación, me puse los calcetines secos y reanudé la marcha.
La camiseta de recambio la usé al finalizar la carrera
para ir seco y no coger frío hasta llegar al coche y, ya en él, sólo tenía que
cambiarme a otro calzado más cómodo (y limpio), ponerme el pantalón de chándal y
ponerme el cortavientos.
Como ves, este tipo de carreras, a diferencia de otras,
hace que tengas que plantearte muchas más cosas de cara a tu propia logística,
tanto en carrera como después de ella.
Nos leemos pronto!!
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