Hola!!
Ya estamos inmersos en el mes de Mayo; el mes de las
flores y de los alérgicos por doquier.
-“¡Animo! Que ya os queda menos para que esto acabe”-. ;p
Y a falta de ocho días para el gran reto de este año: Los
101Km en 24H de Ronda, hoy te traigo la crónica de mi experiencia en la primera
edición de la Carrera por Montaña “El Calvario”. Realizada en pleno Parque
Natural de la Sierra Norte de Sevilla; y más concretamente, en la localidad de
Almadén de la Plata.
El club organizador del evento, Club Alcalareño de
Montaña, se lo ha currado de lo lindo y ha contado con el patrocinio de
numerosos negocios locales, así como con las autoridades pertinentes para que
podamos correr por lugares en los que el paso no es que esté restringido; sino
que, sencillamente, no está permitido.
A todo esto, y antes de que te cuente mi aventurilla,
quiero manifestar mi gran satisfacción también por el comportamiento ejemplar
de mis compis de carrera.
-“¡CERO RESIDUOS! Nadie, absolutamente ninguno de nosotros
(tanto chicos como chicas), ha dejado envoltorio alguno durante el evento
deportivo por ahí tirado. ¡ASÍ SÍ, GRACIAS A TOD@S!”-.
Hemos llegado
Como la carrera era a las 9 de la mañana, ha tocado
madrugar.
-“Sí, ya lo sé. Con lo bien que se está en la camita un
domingo por la mañana… Voy yo y me pego un madrugón. ¡Qué le vamos a hacer! Es
mi medicina”-. ;)
Pues eso, que a las 5:30AM ya estaba en planta para
desayunar, dejar algunas cosas recogidas, vestirme y darme una vuelta en coche
de cerca de una hora.
A eso de las 8 de la mañana ya tenía el coche aparcado y
había retirado el dorsal.
-“Por cierto, ¡qué fesquito hacía!”-.
Menos mal que el cortavientos de los chicos de RunNGo
Sports es gordito y algo quita.
Para tratar de entrar un poco más en calor decidí ir a un
bar cercano al polideportivo desde donde realizaríamos la salida neutralizada. Pero
estaban un tanto desbordados por tanto corredor suelto y tanto color “fosforito”.
Así que me quedé sin el café y la tostada que había pensado tomarme.
Lo bueno es que el rato que estuve allí cogí un calorcito
muy rico, jejeje.
A eso de las 8:30AM me fui otra vez de vuelta al pabellón
para quitarme los ropajes que no me iban a servir para competir y dejarlo todo
en el guardarropas.
A las 8:45AM, por parte de la organización, tuvimos un
pequeño breafing sobre el recorrido y las normas de la carrera. Seguidamente
pasamos uno por uno el control de activación del chip que incorpora el dorsal y
nos dispusimos para tomar la salida neutralizada por las calles de Almadén
hasta llegar a la plaza de toros; donde nos reagrupamos y, desde allí, tomamos
la salida.
¡Vámonos que nos vamos!
Ahora sí, ahora toca correr y lo bueno es que la primera
parte de la carrera te permite correr y hacerlo rápido si estás fuerte.
En mi caso, lo que más me convenía era rodar cómodo y
fácil para tener fuerzas en las zonas más duras y técnicas y así acabar dentro
del tiempo máximo fijado por la organización y no verme sorprendido.
-“Además, de lo que se trataba era de sacar un
entrenamiento de calidad (el último) antes de los 101”-.
Así que nada de volverse loco y a disfrutar descubriendo
el recorrido diseñado por la organización.
Y sí, es un recorrido que te permite disfrutar mucho.
Empieza por una zona rápida de pistas y para cuando te quieres dar cuenta ya
estás metido en faena.
Tenemos fuertes pendientes con bajadas técnicas y
rápidas, cinco pasos de río, pedreras, campo a través, minisenderos,
cortafuegos y una última subida espectacular hasta el monumento que da origen
al nombre de la prueba “El Calvario”. Y desde él, todo es cuesta abajo para
volver a Almadén de la Plata y disfrutar corriendo por las calles del pueblo
hasta alcanzar el polideportivo.
Sinceramente, el recorrido me ha encantado porque sabe enlazar
las zonas complejas con otras corribles que te permiten recuperar el aliento y
continuar con la aventura.
Un dato. Si acabas la carrera con la sensación de haber
podido apretar aún más el ritmo, con ganas de más y una gran sonrisa; es que la
carrera es perfecta.
Las cosas de las carreras
Este tipo de carreras, que tienen de todo… son muy
divertidas de disfrutarlas y sufrirlas. No están exentas de que tengamos
algunas “aventurillas” adicionales.
-“¡Te cuento, te cuento!”-. ^_^
La primera aventurilla que “sufrí” fue en los primeros
kilómetros.
Ahí estoy yo, todo “pro”. Con mis mallas, mi camiseta de
trail, el tubular, las gafas de sol, la mochila de trail, mis bastones en el
cinturón y… “¿dónde coj…. está la cámara?”.
Resulta que no la he fijado correctamente y se me ha caído.
Así que a volver sobre mis pasos. Por suerte otro corredor se dio cuenta de mi
percance y me entregó la cámara.
-“¡Un millón de gracias!”-.
Cualquiera me aguanta tras haber perdido la cámara… XD
Otra de las cosas con las que me he reído es con los
carteles amarillos de avisos de la organización. Podíamos leer cosas como:
“Fuerte bajada. Cuidadín… Cuidadín…”
“Fuerte pendiente. El que avisa…”
“Bajada técnica, jijiji…”
Otras de las aventuras que he tenido es que en uno de los
cruces de río, no he visto la señalización y he cruzado por donde no era y me
he tenido que volver. He vuelto a cruzar y, al verme otro corredor, me ha
indicado por donde era y he vuelto a cruzar; esta vez por donde era.
Y la última aventurilla; ¡la traca final!
Resulta que en la parte más llana de la carrera, por ir
corriendo relajado, mirando el paisaje, paso la primera torta de hormigón por
la que pasa el agua cuando llueve a tope, pero en la segunda…
En la segunda le “suelto una patada” al filo y salgo
completamente descontrolado hacia delante y no consigo recuperar el equilibrio.
Ante esta situación tiro los bastones (que los llevo en
la mano izquierda), en diagonal delante de mí y decido irme al suelo haciendo
una voltereta de judo para frenar la inercia que llevo, y que me va a hacer
caer completamente de boca, con la fortuna de hacerlo justo encima de todas las
piedrecitas sueltas que había.
En fin, que me las clavo en las palmas de las manos, me
hago un rasponazo en el codo derecho, otro en el lateras de la rodilla y otro
en el tobillo. En la cadera derecha sólo un pequeño golpe sin consecuencias.
Eso sí, el gemelo derecho (con el que me tropiezo), se
queda contracturado durante casi un kilómetro hasta que lo consigo recuperar.
-“¡Esto es trail! Y si uno llega limpio y sin “heridas de
guerra” es que ha ido de paseo. O es una máquina; que también puede ser. Y lo peor de todo... ¡No había nadie para grabarlo!”-. ;p
En fin, cosas que pasan y que, si no llego a reaccionar
rápido, igual me quedo fuera de los 101 a falta tan sólo de ocho días.
-“¡¿Has visto?! A pesar de algunos contratiempos me lo he
pasado pipa”-. ^_^
Así que el próximo año, volveré a hacer esta carrera y
sí, volveré para disfrutarla y, por qué no, correrla de verdad y apurar al
máximo en las bajadas (aunque me pegue un buen costalazo).
Y ahora sí, te dejo para que disfrutes de tu fin de
semana. Próxima parada: ¡LOS 101! ^_^
Nos leemos pronto!!
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