Imagen: Vistas de Ronda desde la habitación |
Hola!!
Bueeeno, pue ya estamos otra vez de viernes y otra vez
ando por aquí para “darte la paliza” con esto del correr.
-“Jejeje, ¡Que paciencia me tienes…!”-. ;p
En fin, que como sabes, el pasado fin de semana del 12 de
mayo, he estado de carrera en Ronda; en los 101Km en 24H que tradicionalmente,
y desde el origen de la misma, organiza La Legión.
-“Ya sé que de esto hace ya dos fines de semana. Pero
antes me ha sido imposible hacerte el post. ¡Suerte que conseguí editar el
vídeo y lo publiqué!”-. ;)
Déjame que te cuente algo
Seguro que te has preguntado alguna vez por qué esta
carrera la organiza el Tercio de la Legión.
Pues es muy sencillo. Es la manera en la que se entendió
que resultaba más interesante acercarse a la población civil y de mostrar el
apoyo que se daba desde esta institución militar a la lucha contra la drogas.
-“De ahí el eslogan original de “La Legión contra las
drogas””-.
También su recorrido era diferente; ya que se partía
desde Ronda y se acababa en Marbella. En la actualidad es una ruta por la
serranía de Ronda (y también pisamos la provincia de Cádiz) y es una manera de activar y dinamizar tanto la vida como los
negocios locales.
-“¡Sólo los participantes sumábamos 8500 personas!”-.
La Precarrera
El fin de semana para La Jefa y para mí comenzó el
viernes por la mañana.
Metimos los bártulos en el coche a eso de las 10:30 y
salimos para Ronda sin prisa alguna.
Llegamos sobre las 12:30 y dejamos las cosas en la
habitación del Hotel Don Miguel.
Un hotel encantador, con empleados aún más encantadores y
unas vistas espectaculares.
Y después de soltar los bártulos nos dispusimos a llevar
la mochila que recogería en el kilómetro 70 de la prueba. Así que nos fuimos
dando un paseo hasta el polideportivo “El Fuerte”; que es donde se entregan las
mochilas y también donde los ciclistas dejan sus MTB.
-“Peeeeeeero, como soy un desastre, se me olvidó en el
hotel el pasaporte militar de la prueba”-.
Y es que sin ese documento, es imposible que te recojan
el material; ya que te tienen que sellar que has entregado la mochila.
Así que nos dimos la media vuelta y nos fuimos a almorzar
tranquilamente escuchando el comentario
de La Jefa:
-“¡Pero bueno, ¿es que siempre tienes que liarla?! ¡Ayyy,
que paciencia con el liante! Siempre estás igual. ¿Qué pasa, que si no haces
una de las tuyas no estás contento? ¡Anda… anda…!”-. (Entre resignada y “yo te
mato”).
Y como para todo existe una buena teoría… Creo que al
“liarla”; como ya la he liado, todo saldrá bien. ;p
Tras el almuerzo fuimos a recoger el dichoso pasaporte y
ahora sí, pude dejar el macuto sin problemas.
El resto de la tarde pasó entre paseos por Ronda, visita
a la feria del corredor y hacer slalom entre tanto corredor, ciclista y
turistas.
-“¡Que locura! No te haces una idea de cómo estaban las
calles y los bares”-.
Tras la cena en el bar “El lechuguita” (os lo recomiendo
100% si os gusta cenar de tapas en un ambiente francamente agradable y tipo
tasca), nos fuimos a dormir.
-“Bueno, antes de meterme en la cama había que efectuar
el último chequeo del material con el que partiría. ¡Que después la lío!,
jajajaja”-.
Imagen: revisando el material |
En la Feria del Corredor
Lo cierto es que aprovechamos de lo lindo el viernes por
las calles de Ronda y por la feria del corredor.
Recogimos la camiseta conmemorativa de los 101km, estuve
enseñándole en el stand de Merrell a la jefa las zapatillas de la nueva
colección y, antes de irnos, nos regalaron unas camisetas, jejeje.
También estuvimos por el stand de la gente de Fisiorelax
para comprar un bote pequeño de crema de masaje deportivo.
Imagen: Camiseta Merrell y camiseta conmemorativa de los 101Km |
-“El mío se me olvidó. ¡Qué raro!, ¿verdad?, jajaja”-.
Estuvimos allí un ratillo charlando, recibiendo consejo
de cómo combinar los diferentes tipos de cremas deportivas y quedamos en
volvernos a ver en el maratón de Sevilla.
-“¡Ah!, lo mejor de todo es que no era para mí el bote de
crema. Sino para la jefa que tenía el cuello un poco contracturado. Y encima es
a ella a quien le regalan unas muestras de otro tipo de cremas y una pulserita
chula de los 101… ¡¿Será posible?! Claro, pone cara de niña buena…”-. XD
El día de los Cientouneros
Y llegó el día señalado para ver hasta donde soy capaz de llegar.
Nos levantamos a eso de las 7:00, nos arreglamos y nos
fuimos a desayunar en el bufet del hotel.
En mi caso desayuné cereales con leche, una pieza de pan
con matequilla y mermelada, zumo de naranja y un café con leche.
Volvimos a la habitación para terminar de recoger mis
cachivaches de runner campestre y salimos en dirección al campo de fútbol.
Por el camino pasamos de estar completamente solos por
las calles a estar rodeados de más corredores, acompañantes y público en
general que estaba tomando posiciones. Y cerca ya del campo de fútbol,
comenzamos a ver a los primeros ciclistas con sus MTB.
Después de no sé cuánto tiempo viendo gente en bicicleta,
conseguimos llegar al estadio.
Pasé el control de acceso para los corredores y, una vez dentro
del estadio, me puse en la cola de los servicios.
-“Nunca se sabe cuándo te puede hacer falta una buena
posición por si a la madre naturaleza le da por llamarte”-. ;)
El ambiente de carrera que se respira es brutal. La
cantidad de corredores y de público general es una pasada.
En breve nos llaman a tomar posiciones en el cajón de
salida que, literalmente, está atestado.
El gran Chito (el speaker), calienta motores con sus
ánimos, la música y, como no puede ser de otra manera, todo se vuelve más
especial escuchando el himno legionario “El novio de la muerte”, previo a la
cuenta atrás de la salida.
La Salida
En sí misma la salida es un auténtico “aquí se sale
cuando se pueda”.
Salvo los que están en las filas más avanzadas y que
salen corriendo, el resto vamos avanzando poco a poco hasta conseguir salir del
estadio de futbol y encarar las primeras calles de Ronda.
Imagen: Paso por el Cortijo Polear |
En los primeros compases de la carrera hay quien sale
desbocado por la euforia del momento sin parecer tener en cuenta que aún queda
por delante 100 kilómetros.
Por mi parte, decido ceñirme al plan fijado y no salirme
del mismo.
-“Aunque siendo sincero, se me ha hecho muy raro hacer
una carrera sin salir corriendo”-.
De Ronda al PK20
Este primer tramo por las calles de Ronda, con un
ambiente de público sensacional, ha sido para disfrutarlo bien. Eso de dar la
vuelta al ruedo en la plaza de toros y pasar por el puente nuevo, es un puntazo
y algo que sólo en esta prueba puedes encontrar.
Imagen: paso por Navetas |
Tras dejar atrás Ronda, comenzamos a ponernos serios y comienza un tramo de sube y baja con alguna que otra rampa curiosa que, a la larga, si eres muy generoso en los esfuerzos por querer posicionarte más adelante, te pueden pasar una factura muy grande en cuanto pases del PK70.
Aún así he visto gente ir como si no hubiera un mañana.
Del PK20 hasta pasar Arriate
Este tramo me ha servido para desentumecer las piernas
tras algo más de tres horas de andar por el campo y he comenzado a trotar; pero
sin volverme loco.
Quemar unas energías extras en este terreno favorable
tiene la recompensa de poderte reponer en el avituallamiento del PK25, donde te
sirven comida fría.
En este avituallamiento he cogido media naranja, medio
platano, agua, isotónico, sándwich y un donut.
Además he recargado el bidón de agua y he seguido
trotando hasta alanzar el pueblo de Arriate hasta conseguir dejarlo atrás y
volver a ponerme a andar en cuanto el terreno se ha puesto cuesta arriba. Así
que también he aprovechado para volver a comer; esta vez, de mis propias
provisiones. He cogido el primer bizcochito de avena con sabor capuchino, algo
de los hidratos líquidos y agua.
PK50 Setenil de las Bodegas
Una vez que dejamos atrás Arriate, volvemos a adentrarnos
en los caminos de la serranía y volvemos a jugar con las rampas y los
desniveles hasta alcanzar Navetas; donde tras dejar el avituallamiento y tras
un tramo de asfalto, volvemos nuevamente a los caminos en dirección al PK30 en
adentante.
Lo más importante es dejar que los kilómetros vayan
pasando sin que nos pasen factura en exceso y sin dejar de comer e hidratarnos
correctamente no sólo en los avituallamientos, sino entre ellos.
Pasada ya la distancia maratón, comenzamos a acercarnos a
Setenil de las Bodegas. Pero en lugar de ir directos, tomamos el giro a
derechas en dirección a Alcalá del Valle. Esto nos hace entrar en la zona alta
de Setenil, para tener que hacer una bajada preciosa hacia el corazón del
pueblo, escuchando en todo momento el jaleo de sus calles animando a los
corredores.
El paso por Setenil es, sencillamente, brutal y mágico.
Es también aquí donde alcanzamos el ecuador de la carrera; el PK50.
Imagen: paso por Setenil de las Bodegas |
En el pabellón deportivo está situado el segundo avituallamiento de comida fría y el primer punto de recogida de mochilas.
Aprovecho para reponer mi bidón de agua y preparar el
otro bidón con agua y con otro stick de hidratos de carbono. Aprovecho también
para ir al baño.
En esta ocasión cojo un vaso de coca-cola, dos de agua,
uno de isotónico, una naranja completa, medio plátano y un sándwich completo.
Justo a la salida del pabellón polideportivo, unos
espectadores nos van preguntando si llevamos luz trasera y nos entregan una
para que la llevemos ya que en unas pocas horas caerá la noche.
-“¡Toma ya!, esto sí que es de ser grandes aficionados.
Tenían una caja enorme llenas de lucecitas para todos los corredores.
¡GRACIAS!”-.
El ocaso. PK70, El Acuartelamiento
El paso de los kilómetros nos van llevando por terrenos
de continuos sube y baja que, sin ser excesivos en la mayoría de los casos, te
hacen pensar en ir regulando bastante y, es que los kilómetros pasan para
todos, y las piernas lo comienzan a notar.
Ya la gente no se ve tan animada y tampoco se escuchan
grandes conversaciones. También me fijo en que somos muchos los que hemos
entrado en modo “tiro de forma constante pero sin matarme”.
-“Creo que todos los que vamos más o menos juntos
queremos llegar al cuartel antes de que la noche caiga por completo. Al menos
es lo que percibo viendo la actitud de la gente con la que voy ”-.
Es como si necesitásemos acabar esta carrera de 70km,
reseterar la cabeza y comenzar una carrera nueva de sólo 31Km.
La tarde es muy agradable de temperatura. Salvo cuando
estamos en sombra y el aire sopla.
Comienzo a calcular el tipo de ropa que voy a llevar a
partir del PK70, porque igual la noche se vuelve dura.
Y mientras le doy vueltas a esto, no dejo de fijarme en
los paisajes. La luz dorada de la tarde hace que el verde de los campos se vea
aún más verdes y que las casas dispersas por el campo, reluzcan más blancas de
lo normal.
Con la noche prácticamente encima, hay corredores que ya
llevan los frontales encendidos y las luces traseras rojas parpadeando. Incluso
hay muchos que se comienzan a abrigar con los cortavientos.
Por mi parte sigo con las mangas cortas; eso sí, los
manguitos decido subirlos y dejar la cremallera de la camiseta subida.
Decido que mientras que tenga luz natural suficiente y
que me permita ver bien, no las voy a utilizar la luz frontal. Lo que sí hago
es encender la luz trasera para que los compañeros que vienen detrás me vean
con mayor facilidad.
Justo al iniciarse la noche, es cuando llego al cuartel
de La Legión.
Repongo los bidones con agua, paso por el avituallamiento
de campaña que hay montado y cojo un vaso de agua, otro de isotónico, un cuarto
de naranja, medio platano y me dirijo al comedor del cuartel para la cena
caliente.
Me sigo ciñendo al plan trazado y decido comer de pie.
Tengo una bandeja de arroz tres delicias, un perrito caliente con queso, una
cerveza y una botella de agua.
-“Y sí, me tengo que forzar a comerme media bandeja de
arroz porque el estómago está algo cerrado”-.
Y mientras que ceno, no hago más que darle vueltas a la
cabeza sobre si voy a ver a los fisios o si paso de ellos y sigo… No quiero
relajarme en exceso y no ser capaz de continuar.
Al final decido que si los 31Km que quedan son los más
duros, sería mejor una visita “rápida” para descargar algo los cuádriceps y el
tendón de Aquiles derecho. Y tras la visita a los fisios (que han hecho un
pedazo de trabajo y me han dejado nuevo), me dirijo a la carpa que hay junto al
comedor para recoger la mochila y cambiarme de ropa.
-“Y aquí va la decisión del “todo o nada” para afrontar
la noche”-.
Decido ponerme la camiseta personalizada de manga larga
que me han diseñado en Run´NGo Sports, las mallas largas compresivas de Coreevo
para tener un punto extra en la ayuda muscular y en la circulación de retorno y
me quedo con el cortavientos fino de Kalenji en lugar del de Run´NGo Sports.
Preferí asegurarme poderme abrigar en meta con el
cortavientos personalizado en lugar de llevarlo conmigo.
También me puse los guantes de Coreevo, el pañuelo pirata
y el tubular. Decido igualmente seguir con las zapatillas Altra Duo y dejar en
la mochila las Altra Lone Peak 3.5.
Alea iacta est
Con la decisión tomada, volvemos a entregar la mochila
para que nos la metan en la nueva bolsa, nos la precinten y la dejamos
entregada para recogerla en la meta.
Así que lo que he decidido es ir abrigado lo justo como
para sentir algo de frío; el que me permita seguir alerta y no parar.
Imagen: paso por Montejaque. Llegada al avituallamiento del PK86.4 |
Si la apuesta me sale bien, habré acertado y conseguiré la meta de poder llegar a la Alameda del Tajo tras haber recorrido los 101Km de la prueba.
Si me equivoco en la apuesta; el frío puede hacer que me quede algo entumecido y tenga que sacar la manta térmica de emergencia e incluso, que por seguridad, tenga que retirarme y esperar en algún avituallamiento a que la organización me evacúe hasta la meta.
¡A por los 101!
Tras dejar atrás el cuartel de La Legión, parece que
muchos han resucitado y vuelven los ánimos y las conversaciones; sin embargo,
esa euforia se pasa rápido y la noche comienza a presentarse como larga y dura.
Ahora, además del paso de los kilómetros, también tenemos
el paso incesante de las horas con la sensación de no avanzar en el recorrido
y los fantasmas comienzan a aparecer en
muchos de los marchadores/corredores.
-“Y es que correr de noche no es fácil… Y si además no se
ha entrenado, mentalmente, ¡te destroza!”-.
Las imágenes mentales que tengo de esta parte de la
carrera son muy chulas. Eso de ver un reguero de luces rojas parpadeantes
enfrente y, detrás, una incesante fila de luces blancas, hace que disfrute
mucho esta parte. Es cierto que no se ven ya los paisajes, pero ver el esfuerzo
de tanta gente, tan loca como tú, hace que quiera seguir corriendo, andando y
disfrutando de esta prueba.
Del Cuartel a los 101Km
31Km con 1500+ a superar, por la noche y con frío
arreciando, así es como fue la noche de esta prueba de ultra fondo.
Sobre todo es a partir del PK80 donde todos vamos ya a
nuestro ritmo y, en la mayoría de los casos, en completo silencio.
El perder las referencias visuales que te brinda el día,
el cansancio acumulado, la noche y el frío que se hizo sentir, merman no sólo
las fuerzas sino que además permiten aflorar a los fantasmas y la cabeza tiene
la oportunidad de verdad de hacértelo pasar mal.
He visto muchos corredores cabizbajos, con caras de estar
ya muy cansados y, en la medida de lo posible, he tratado de animarlos. Así
también me animaba yo.
Llegar a los avituallamientos en mitad de la noche es
como llegar a un oasis en mitad del desierto. He seguido con mi plan de
aprovechar bien los avituallamientos y seguir comiendo y bebiendo.
Eso sí, desde el avituallamiento del PK77,5 (Cementerio
de Montejaque), en adelante, todos tienen café caliente para combatir el frío y
poderte mantener despierto.
Con esto hay que tener cuidado, ya que la cafeína te
activa, pero como contrapartida, cuando el efecto se pasa, el cansancio
acumulado hace acto de presencia de un solo golpe y sin avisar. Así que el
pajaronazo que podemos sufrir es de órdago; hasta tal punto de tenernos que ver
obligados a abandonar.
También ha sido incesante el reguero de participantes que
he visto metidos en sus mantas térmicas de emergencia en los avituallamientos,
sentados en los bancos que ponen los legionarios, con las miradas perdidas, las
caras desencajadas por el frío y el esfuerzo.
Algunos te miraban derrotados preguntándose cómo eras
capaz de seguir o incluso de llegar dando las buenas noches con una sonrisa y
tratando de animar a los demás con un simple: “Vamos, que a esto ya le queda
menos. Unos kilómetros más y esto ya está hecho, ¡vamos, vamos!”.
Y seguía mi camino…
A partir del PK90 aproximadamente, se ven las luces de
Ronda arriba; en el horizonte. Y todavía quedan tres subidas (Cortijo La Manía,
Puerto de Muela y la Cuesta del Cachondeo) y dos bajadas largas.
La última cuesta; la conocida como Cuesta del Cachondeo,
no es porque sea la más dura, sino porque subir por su suelo empedrado, con
todos los kilómetros que llevamos encima durante casi cuatro kilómetros; o
tiras de sentido del humor, ¡o vas listo!
Una vez superada, entramos en las calles de Ronda. En mi
caso lo hice con las primeras luces del día; al alba. Con muy pocas personas en
las calles, con las luces aún encendidas y el canto de los pájaros. Crucé el
puente nuevo sólo, sin coches ni gentío. En pleno silencio sólo roto para
recibir los ánimos del caballero legionario que allí se encontraba y bromear
con él a mi paso.
Pasé por delante del Hotel Don Miguel, por la plaza de
toros y por fin el giro a izquierdas que te lleva a la Alameda del Tajo para
cruzar la Meta de los 101Km en 19 horas, 38 minutos y 16 segundos.
Y justo al cruzar la línea de meta solté todo lo que
llevaba dentro con un simple:
Tras la Carrera
Justo al acabar la carrera recogí mi medalla de
Cientounero, la sudadera de finisher y me dirigí a la Casa de la Cultura donde
tenía que recoger la mochila.
Me puse el cortavientos de Run´NGo Sports y me fui al
hotel a ducharme y a dormir un rato.
A las 8:00AM ya estaba en los dominios de Morfeo y a eso
de las 12:00PM ya estaba en planta y pidiéndole a La Jefa que nos fuésemos a
dar una vueltecita para que me enseñase las cosas chulas que había descubierto
por Ronda mientras que yo andaba por el campo.
Eso sí, entre la cara de asombro de La Jefa y lo rápido
que para mí iba todo el mundo el domingo, me quedo con la cara de La Jefa y su
comentario:
-“¡¿Pero ya estás despierto?! ¿No vas a dormir más?
¿Seguro que quieres darte un paseo. No has tenido bastante con los 101? ¡¿Pero
tú no te cansas?!”-.
Y lo remató con un:
-“¡Desde luego… No sé cómo lo haces! Animalito…”-.
Mis resultados:
Tiempo oficial: 19:38:16
Tiempo real: 19:00:38
Puesto Cat. General: 2149
Puesto Cat. Veterano: 1010
Puesto Cat. Masculina:1919
Nos leemos pronto!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario