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Hola!!
Como bien sabes (porque soy muy pesado y te he estado
dando la “brasa” todo este tiempo), este mismo domingo se celebra la Zurich
Maratón de Sevilla; y como también sabes muy bien, no voy a poder “sufrirla”
por estar aún recuperándome de mi lesión muscular.
Así que hoy lo que te planteo es algo relacionado con la
propia maratón, pero como prueba atlética. Mejor dicho, te voy a contar por qué
es tan especial la distancia de los 42.192 metros. ;)
Verás, lo particular de esta prueba de resistencia, no es
sólo tener que recorrer esa distancia de algo más de 42 kilómetros en el menor
tiempo posible; sino el poder evocar la gesta griega que se bate entre el mito y
la realidad y que tuvo lugar allá por el año 490 a.C.
Por aquel entonces, Griegos y Persas andaban a la “gresca”
día sí y día también.
Los persas habían hecho saber que cuando se hiciesen con
Atenas sacrificarían a las mujeres e hijos de estos. El plan de los griegos por
su parte era que si al ocaso del día la ciudad-estado ateniense no tenía
noticias de la victoria en la esplanada de Marathon, las mujeres tenían que
sacrificar a los hijos y, posteriormente, suicidarse para no caer a manos de los
persas.
Al parecer los chavales se estuvieron dando de tortas
más tiempo de la cuenta y, al ver que no habían avisado a la ciudad de la
victoria, enviaron a un soldado para dar el aviso y evitar así que las mujeres
atenienses ejecutasen el plan.
Éste se dio tanta prisa por llegar antes de que se
ejecutase el plan, que sólo pudo decir “Níki” (victoria) a su llegada. Tras lo
cual cayó desplomado debido al esfuerzo de la batalla y de su premura en la
carrera, costándole la vida.
Y aquí es donde el mito y la historia se confunden y se
entrelazan el los finos hilos del tiempo que sabiamente tejen y destejen las
Moiras.
-“¡Hoy estoy que me salgo!”-. ^_^
Constancia histórica de que fuese Filípides el encargado
de recorrer la distancia que separa Marathon de Atenas no hay.
Los escritos de
Plutarco, dándole el protagonismo de esta gesta, son escritos 500 años después
a los hechos históricos. Sin embargo, Heródoto escribió unos 30 años después de
esta batalla entre griegos y persas, que Filípides fue enviado a Esparta a
pedir el auxilio y el apoyo militar necesario para detener a los persas en Marathon.
Filípides recorrió los 240 kilómetros que separan a
Atenas y Esparta en 2 días.
-¡“Ahí es ná!”-.
Ya en nuestra era y con la aparición de los Juegos
Olímpicos modernos, que concibió el Barón Pierre de Coubertin, se decidió que
en honor al mito griego la distancia más importante a recorrer en unos Juegos
Olímpicos fuese precisamente esos 42.192 metros. Incorporándose nada más y nada menos que en los Juegos
Olímpicos de Atenas de 1896.
Como puedes ver, correr una maratón no es simplemente una
carrera, no es simplemente correr; es poder ser parte de una memoria colectiva
que se mueve entre el mito y la realidad a pesar del paso del tiempo y poderte
convertir en el "Filípides" que al cruzar la meta grite “¡Níki!”.
Nos leemos pronto!!
Sólo de leer que hay que correr 42.192 metros, me ha dado fatiguita. Pero me quito el sombrero por todos esos locos del running,porque lo de correr yo lo tenga más que atragantado.
ResponderEliminarUn saludo!
Hola Mary!!
EliminarMe alegra tenerte otra vez por aquí. No he podido evitar reírme con tu comentario de "me ha dado fatiguita". ¡Eres genial amiga mía!
La verdad es que dicho así, impresiona bastante la distancia que hay que recorrer en esta prueba. Pero todo es empezar y ni mucho menos hay que estar obligado a tener que hacer una maratón.
Esto es como todo en la vida; un continuo aprendizaje. Se empieza andando, se pasa a conocer la técnica de carrera, a trotar, etc. Y sobre todo (y creo que es lo más importante), hacerlo de modo distendido, desenfadado y, a ser posible, jugando y motivando.
Si no es así...¡mal vamos!
Muchas gracias por tu comentario sincero y por tu visita. ^_^
Por cierto, haber si salgo de este bache físico y puedo empezar a correr para llevar la medalla que me regalaste a las competiciones. :D