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Imagen: huffingtonpost |
Hola!!
Bueno, pues ya estamos otra vez a viernes y como es
costumbre por estos lares te traigo de nuevo un post.
-“¡Que original soy…!”-.
^_^
En fin, esta vez he decidido que en lugar de contarte
cómo tengo la semana planeada con los entrenamientos y cómo me va con ellos, he
decidido contarte el motivo o el por qué me encanta el atletismo y por qué
considero que es el deporte que mejor representa el espíritu olímpico.
Verás, tras dos intensas semanas de prácticas deportivas
en las olimpiadas y, tras haber estado pensando en hacer un post con lo más
destacado de las mismas o centrarme solamente en el atletismo, creo que es más
interesante centrarme en los valores del olimpismo.
Espíritu Olímpico
Como sabes, el deporte sirve como vehículo para la transmisión
de valores tales como el respeto a las normas, a las diferencias, a los demás,
etc. y, el olimpismo persigue igualmente la transformación de los individuos y
la sociedad educando a través del deporte. Es decir, que se sirve de éste para
un fin mayor a través de tender puentes entre las diferentes culturas.
Este objetivo de mejora de los individuos y de la
sociedad, junto con otros como el de la competición leal, el reconocimiento de
los méritos y éxitos, el esfuerzo, el trabajo constante, la dedicación a las
tareas, el respeto a uno mismo y a los demás, son los que conforman también eso
que se llama “espíritu olímpico” y, como puedes ver, va más allá de conseguir
una medalla.
El espíritu olímpico ensalza todas esas cualidades que
como deportistas y como personas, nos hacen ser seres excepcionales y nos
premia por ello.
Un claro ejemplo de lo que significa ser olímpico y tener
espíritu olímpico, es lo que sucedió en la prueba de fondo de los 5000 metros
femeninos.
En plena carrera Abbey D´Agostino (Estados Unidos) y
Nikki Hamblin (Nueva Zelanda), tuvieron un choque fortuito que acabó con las
dos por los suelos, resultando ser la estadounidense la peor parada en la
caída.
Lejos de continuar la neozelandesa su carrera, se
interesó de inmediato por el estado de la americana, le ayudó a levantarse y la
acompañó durante parte de la prueba hasta ver que podía continuar “más o menos”.
Cuando Nikki cruzó la meta permaneció en pista hasta la
llegada de Abbey a la que se abrazó y ayudó a sentarse en la silla de ruedas
que la llevaría a los servicios médicos.
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Imagen: huffingtonpost |
Obviamente con el reglamento del atletismo en la mano y
los sistemas de calificación por series, ambas corredoras no estarían en la
final. Sin embargo, el comité de Jueces, acogiéndose al reglamento olímpico,
decidieron recalificarlas y permitirles disputar la final de los 5000.
-“¿Te parece justo? ¿Poco premio? ¿Algo merecido? ¡Espera!,
que te tengo que contar una cosita más”-.
^_^
Ambas atletas han sido premiadas con el “Pierre de
Cubertain”; un galardón que tan sólo se ha concedido en 17 ocasiones en toda la
historia de los Juegos Olímpicos modernos, por su actuación más allá de la competición, por ensalzar los valores olímpicos y por demostrar al mundo el espíritu olímpico.
Y es que como el mismo COI declaró:
-"La historia de D'Agostino y Hamblin es la historia
de la humanidad y el sacrificio que ha cautivado los corazones de la gente de
todo el mundo"-.
Nos leemos pronto!!
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