Imagen: propia Foto: vista desde el mirador de Torre la Higuera |
Hola!!
Bueno, como ya sabes, este
pasado fin de semana me volví a enfundar un dorsal. No lo hacía desde el mes de
mayo; y para ser más concreto, desde el fallecimiento de mi madre.
Siendo sincero; no estaba para
carreras. Y para esta carrera he tenido grandes dudas sobre si la correría o
no.
Y no sólo por mi estado
anímico ante una competición; sino por estar inmerso en la preparación de la V
Ultra Maratón de Doñana y porque como es de todos sabido, recientemente el
incendio en las inmediaciones del Parque Natural de Doñana, ha destrozado una
buena parte de la zona de defensa del mismo.
Tenía dudas de si al final la
organización de la carrera suspendería la prueba al no poder acceder a la zona
de la playa de Cuesta Maneli. En el incendio toda esa zona se ha quemado y este
mismo Lunes comenzaron las tareas de reforestación y la implantación de la
nueva pasarela de madera que da acceso a la playa desde el acantilado.
Sin embargo, el Club Espartanos
de Matalascañas (organizador de esta y
otras pruebas chulas y duras), reaccionó rápido y modificó el trazado para que
fuese un ida y vuelta por la playa hasta acabar, como es tradición, en las
inmediaciones de la sede espartana.
En la Precarrera
Imagen: propia Foto: zona delantera de la salida y calentamiento |
Como bien sabes, esta es la
segunda ocasión en la que participo en esta prueba y, a diferencia del año
pasado, esta vez no la he liado con los autobuses.
-“Sencillamente porque en esta
ocasión no había autobuses; que si no…”-.
^_^!
En fin, que un par de horas
antes de la carrera ya estábamos por las inmediaciones de la sede del Club
Espartanos de Matalascañas retirando el dorsal.
Este año habían llegado a un
acuerdo con el restaurante “Casa Matías” y los corredores podíamos aparcar en
el parking que regenta dicho restaurante, ¡Y GRATIS!
-“¡Ole, ole!”-.
Como novedad en esta edición,
al retirar el dorsal, te entregaban una pulsera luminiscente que se enciende
una vez que se cierra. La idea es tener a los corredores visibles en la
oscuridad y, de paso, crear una serpiente de color por la playa.
Imagen: propia Foto: En la zona de meta tras retirar el dorsal |
-“Así podíamos revisar de
antemano el estado de la zona de la salida y escoger la mejor zona para los
primeros metros tras la salida”-.
También aprovechamos para
revisar la cuesta que hay entre la playa, el paseo marítimo y el acceso a la
rotonda. Es una rampa corta en dos tramos.
El primer tramo es recto con
respecto al sentido de la marcha y el segundo se inicia con un pequeño giro a
izquierdas para encontrarte con una mayor pendiente. Ese tramo describe una
curva de izquierda a derecha que desemboca en la rotonda de acceso a Torre La
Higuera, el camino hacia el Faro y a la entrada del Parque Dunar del faro.
Así que subir esas dos rampas
enlazadas tras 12K por la playa, hacen que te pares en seco y te destroce a
falta de poco más de 500 metros a meta.
En la carrera
A falta de media hora
para la salida, me dirigí a la zona de la salida en la playa, donde estuve
haciendo el calentamiento.
-“Sip; media horita de trote,
técnica de carrera, movilidad articular y alguna que otra pequeña aceleración.
¡Hay que estar engrasado! ;p ”-.
Tras el calentamiento, me metí
por uno de los laterales de la calle que habían diseñado como cajón único de
salida.
La idea era salir lo más
adelantado posible para que fuese cómodo el arranque de la carrera y no tener
que estar esperando a que salga todo el mundo para poder iniciar la carrera.
Imagen: propia Foto: de bodorrio en plena carrera ¡Vivan los Novios! |
La salida se puede describir
como una estampida de Ñus tras el pistoletazo. Así que en los primeros 20 ó 30 metros sí que hay que salir fuerte para evitar ser atropellado. Después me fui
relajando y comencé a dejar que la gente me pasasen como aviones.
Esperando…
Como es habitual en mí, el
primer día de carrera en la costa, suelo pasarlo algo mal por el cambio en la humedad del ambiente y del aire. Y como
suele ser habitual, esto se traduce en un dolorcito en el costado derecho.
El pasado año esto me jugo una
gran mala pasada y estuve a punto de abandonar.
Para esta ocasión tenía claro
que había que regular (y mucho), los esfuerzos y el ritmo de carrera; sobre
todo en los cinco primeros kilómetros.
Llegando al PK4 comencé a
sentir una pequeña molestia en la escápula derecha y decidí bajar algo el ritmo
y comenzar a respirar algo más pausado y profundo. En nada la molestia del
costado apareció.
Comencé a notar entonces, de modo persistente, que era una
pequeña molestia que en cualquier momento podía ir a más. Bajé aún más el
ritmo, solté los brazos para relajarlos, las espiraciones eran largas y
profundas y las inspiraciones profundas y pausadas. Decidí ir por el lado
izquierdo; por donde casi no corría nadie y fijar la mirada en el horizonte,
viendo la puesta de sol y soportando todo el envite de aire.
Llegando al PK5 la molestia
había remitido y comencé a recuperar algo de ritmo pero sin volverme loco. Hay
que testar que ya estoy adaptado y el viento en contra hace que nos esforcemos
más de la cuenta.
Pregúntate. Respóndete
Sobre ese mismo PK5 vi a la
cabeza de carrera que ya iba de regreso.
-“¡Qué máquinas! Corriendo a
3´30” por la playa ¡Que bestias!”-. O.O
Por mi parte comencé a pensar
si el ritmo era el adecuado teniendo en cuenta la vuelta y si el viento se
seguiría manteniendo.
En un principio, ir con el
viento en contra resta capacidad de avance y te desgasta por tener que vencer
una resistencia invisible. Sin embargo, a la vuelta es una ayuda. De tal modo
que se puede compensar con alguna ganancia de tiempo y si no nos excedemos en los
primeros esfuerzos.
-“¡Decidido!”-.
Hay que jugárselo todo a la
vuelta una vez dejado atrás el avituallamiento del PK6. Así que iré bien si voy
pasando corredores a la vuelta; entre otras cosas porque sé que hay corredores
que se lo han planteado como dos tiradas de 6K cada una.
-“¡EEEEEERROR!”-.
Y más si tenemos en cuenta la
superficie sobre la que se corre, que estamos en pleno mes de Julio y que la
humedad relativa del aire aumenta con la caída de la noche; haciendo que la
sensación térmica sea engañosa y que la deshidratación sea mayor de lo
esperado.
El Retorno
Una vez alcanzado el PK6,
llegamos al avituallamiento y efectuamos el giro amplio de 180º para volver por
donde hemos venido.
La botella de agua la
aproveché al máximo. Me enjuagué la boca, bebí, tiré agua por la nuca y las
piernas y volví a beber antes de dejar la botella vacía en uno de los cubos de
residuos.
Para entonces me di cuenta que
las zapatillas me pesaban más de la cuenta. Cosa que me extraño y me sacó un
poco de quicio.
-“¡¿Pero qué puñetas pasa?, ¿tan
mal voy?!”- pensé.
En nada me di cuenta de un
hecho que hasta ahora me había pasado desapercibido. Las Merrell AllOut Terra
Trail que llevo se agarran al terreno una cosa mala. Aún así, preferí seguir
corriendo por las zonas más húmedas e incluso llegué a correr por algunas zonas
con una pequeña lámina de agua.
Imagen: propia Foto: zapatillas Merrell AllOut Terra Trail |
Y el comportamiento de las
Terra Trail ha sido magnífico. Espero poder pronto llevarlas a su terreno y
probar a ver “quien revienta a quien”.
-“Estoy “mu loco”, lo
sé”-. ;p
Después cambié un poco el
rumbo de mi carrera y me fui a buscar un terreno algo más favorable y las
zapatillas dejaron de transmitir esa pesadez que, a la postre, entendí que era
el agarre excepcional de las zapatillas. “¡DE DIEZ!”
En el tramo final
Sobre el PK9 me dieron alcance
dos corredores del Club Corre pa onde puedas!!!, de Almonte (Huelva), con los
que disfruté de un buen rato de carrera, conversación sobre la carrera y la maratón de Sevilla y compartí con ellos la
luz frontal que llevaba. Después me dejaron atrás, su ritmo era en clara
progresión y mi objetivo era mantener el que llevaba para poder acabar fuerte
la prueba y con buen sabor de boca.
Alcanzado el PK12 toca girar a
la izquierda y meterte por la arena seca en dirección a la rampa que da acceso
a la rotonda de Torre la Higuera.
Por la arena seca, el ritmo
era el mismo que si fuese andando así que… ¡a andar!
Una vez en la pasarela de
madera, un par de zapatazos para soltar la arena y a comenzar a correr cuesta
arriba.
-“¡Así, sin más! Sin anestesia,
sin cariño y sin nada de compasión”-.
@.@!
La subida fue con una alta
frecuencia de pasos y un braceo enérgico que las acompañaba. En el primer tramo
de la rampa iba hundido uno de los corredores con los que compartí charleta y
luz frontal. Le animé pero estaba en su “muro” y no hizo ni el intento por
seguirme.
Una vez concluida la dichosa
rampa, tocó tomar una gran bocanada de aire y comenzar a correr en progresivo
esos 500 metros hasta la meta y llegar con un pico de paso por kilómetro de 3´47”
y 187ppm.
Imagen: propia Foto: llegada a meta |
Mis Resultados
Tiempo oficial: 01:07:04
Posición en la General: 263 de
515
Posición en Categoría
Veteranos-B Masculino: 53 de 103
Imagen: propia Foto: a la espera de los resultados oficiales |
Como ves no es nada extraordinario, pero como entrenamiento de calidad para la Ultra Maratón de Doñana, ha estado francamente bien. ^_^
Nos leemos pronto!!
Está de escándalo chaval, aunque como siempre te fijas mucho en aspectos externos como lo del viento, la humedad relativa, etc...
ResponderEliminarTe vas a poner más fuerte que el vinagre con wasabi :P
Hola Dani!! ^_^
EliminarLa idea es llegar a tope a la Ultra y poder aguantarte el ritmo ¡Que cuando entras en modo "Hammer Time" no hay quien te tosa!
No sé por qué me fijo tanto en todo lo que rodea a la carrera en sí, pero lo hago y me distraigo y disfruto con ello a la hora de correr. Eso sí, me sigue fascinando la gente que se pone a correr y se aíslan del mundo.
Supongo que cada uno se concentra de un modo diferente ;)
¿Vinagre con wasabi...? ¡Pues échale limón! jajaja
¡Un abrazo!