Para hoy te traigo un #post veraniego. ^_^
Aún no hemos entrado oficialmente en el verano y ya
estamos por aquí con temperaturas de 34/38ºC.
-“¡Que verano más simpático me espera…!”-.
Y sí, aunque soy del sur, odio la calor del verano. Sin
embargo y a pesar de los pesares, sigo entrenando; y no, no es que sea
especialmente masoquista. Se trata sólo de mantenerme en forma, haciendo lo que
más me gusta en esta vida y porque en Octubre me voy a embarcar en una loca
aventura (otra más), de la que no sé si saldré vivo.
-“Esperemos que sí, ¿verdad?”-. XD
En fin, te cuento.
Esta semana he comenzado a entrenar de
cara a la prueba que haré en Octubre y por el momento, está siendo muy duro. No
por el plan de entrenamientos, sino por el calor reinante que hace.
De momento, los dos primeros días de entrenamientos me he visto
obligado a acortarlos y a variar las sesiones para que no se me fundan los
plomos. Y ayer, el cierto respiro en las temperaturas (unos 31/33ºC a eso de las 21:00), junto con algo de leve brisa racheada de aire fresco, me han permitido llevar a cabo la sesión tal cual la tenía planteada.
-“Y es que con la calor… no sólo es preciso beber agua”-.
Hay que hidratarse correctamente. Llevo una botella de
agua y otra de bebida isotónica; y aún así, el calor se ha marcado dos grandes victorias.
La mayor dificultad con la que me estoy encontrando es
que el aire cálido y la baja humedad me resecan las mucosas nasales, con lo que
la función de la pituitaria roja se ve disminuida y me siento pesado al
respirar.
A esto le tenemos que sumar que como corro al salir del
trabajo, llevo la mochila de trail conmigo; por lo que el aumento de la
sudoración hace que sea más rápida la deshidratación y la ventilación de la espalda sea menor al llevarla tapada.
Así que como no puedo regular de manera algo más
eficiente el calor que genero internamente, llega un momento en el que el calor
es abrumador y me veo obligado a parar.
Tengo claro que son los primeros días de calor y que
estoy en pleno proceso de adaptación, pero me está resultando francamente duro.
Así que para la próxima semana trataré de correr en modo minimalista.
-“¡A ver que me invento para ir fresquito!”-. ^_^
Y sigo corriendo…
Pues con todo lo que te llevo contado sobre la calor y el
running no se me ha ocurrido otra cosa que apuntarme a la IV Carrera Nocturna “Playas
de Doñana”, en Matalascañas (Huelva).
Esta carrera discurre en su totalidad por las playas de
Doñana; más concretamente, tomaremos la salida desde la playa de Cuesta Maneli (a
la altura del chiringuito).
-“¿Cuántos se quedarán haciendo barra fija en lugar de
correr? ¡Se admiten apuestas!, jajaja”-.
Y llegaremos a la
sede del club organizador; esto es, el Club de Fitness Espartanos, en Torre la
Higuera, Matalascañas.
En total tendremos que cubrir una distancia de 15Km, por
la playa, con la marea baja y en pleno atardecer para llegar ya de noche.
-“Sólo espero que los mosquitos se vayan de paseo por ahí
y decidan no picarme”-. ^.^!!
Así que espero que toda esta calor me sirva de cara al
día de la carrera; el 16 de Julio a las 21:30.
Nos leemos pronto!!
Al menos os la ponen a la noche, hará calor pero no molesta el sol. Algo es algo jajaja
ResponderEliminarMucho ánimo para la carrera! Un saludo.
Hola David!!
EliminarSiiii! Es de agradecer que la carrera sea al atardecer porque si no iba a correr un guardia. XD
Lo que más espero es que el viento sople desde el mar para que la brisa sea fresca y húmeda. Si el día de la carrera sopla desde tierra eso puede ser un infierno.
Por cierto, si no se me va la pinza (cosa habitual en mí, jejeje), haré vídeo ;)
Un abrazo amigo!!
¿Quién dijo calor? ¡Siempre a tope! ^^
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