viernes, 4 de mayo de 2018

Trail Running: I CxM “El Calvario”




Hola!!

Ya estamos inmersos en el mes de Mayo; el mes de las flores y de los alérgicos por doquier.

-“¡Animo! Que ya os queda menos para que esto acabe”-.   ;p

Y a falta de ocho días para el gran reto de este año: Los 101Km en 24H de Ronda, hoy te traigo la crónica de mi experiencia en la primera edición de la Carrera por Montaña “El Calvario”. Realizada en pleno Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla; y más concretamente, en la localidad de Almadén de la Plata.

El club organizador del evento, Club Alcalareño de Montaña, se lo ha currado de lo lindo y ha contado con el patrocinio de numerosos negocios locales, así como con las autoridades pertinentes para que podamos correr por lugares en los que el paso no es que esté restringido; sino que, sencillamente, no está permitido.

A todo esto, y antes de que te cuente mi aventurilla, quiero manifestar mi gran satisfacción también por el comportamiento ejemplar de mis compis de carrera.

-“¡CERO RESIDUOS! Nadie, absolutamente ninguno de nosotros (tanto chicos como chicas), ha dejado envoltorio alguno durante el evento deportivo por ahí tirado. ¡ASÍ SÍ, GRACIAS A TOD@S!”-.


Hemos llegado


Como la carrera era a las 9 de la mañana, ha tocado madrugar.

-“Sí, ya lo sé. Con lo bien que se está en la camita un domingo por la mañana… Voy yo y me pego un madrugón. ¡Qué le vamos a hacer! Es mi medicina”-.  ;)

Pues eso, que a las 5:30AM ya estaba en planta para desayunar, dejar algunas cosas recogidas, vestirme y darme una vuelta en coche de cerca de una hora.

A eso de las 8 de la mañana ya tenía el coche aparcado y había retirado el dorsal.

-“Por cierto, ¡qué fesquito hacía!”-.

Menos mal que el cortavientos de los chicos de RunNGo Sports es gordito y algo quita.

Para tratar de entrar un poco más en calor decidí ir a un bar cercano al polideportivo desde donde realizaríamos la salida neutralizada. Pero estaban un tanto desbordados por tanto corredor suelto y tanto color “fosforito”. Así que me quedé sin el café y la tostada que había pensado tomarme.


Lo bueno es que el rato que estuve allí cogí un calorcito muy rico, jejeje.

A eso de las 8:30AM me fui otra vez de vuelta al pabellón para quitarme los ropajes que no me iban a servir para competir y dejarlo todo en el guardarropas.

A las 8:45AM, por parte de la organización, tuvimos un pequeño breafing sobre el recorrido y las normas de la carrera. Seguidamente pasamos uno por uno el control de activación del chip que incorpora el dorsal y nos dispusimos para tomar la salida neutralizada por las calles de Almadén hasta llegar a la plaza de toros; donde nos reagrupamos y, desde allí, tomamos la salida.


¡Vámonos que nos vamos!


Ahora sí, ahora toca correr y lo bueno es que la primera parte de la carrera te permite correr y hacerlo rápido si estás fuerte.

En mi caso, lo que más me convenía era rodar cómodo y fácil para tener fuerzas en las zonas más duras y técnicas y así acabar dentro del tiempo máximo fijado por la organización y no verme sorprendido.

-“Además, de lo que se trataba era de sacar un entrenamiento de calidad (el último) antes de los 101”-.

Así que nada de volverse loco y a disfrutar descubriendo el recorrido diseñado por la organización.

Y sí, es un recorrido que te permite disfrutar mucho. Empieza por una zona rápida de pistas y para cuando te quieres dar cuenta ya estás metido en faena.


Tenemos fuertes pendientes con bajadas técnicas y rápidas, cinco pasos de río, pedreras, campo a través, minisenderos, cortafuegos y una última subida espectacular hasta el monumento que da origen al nombre de la prueba “El Calvario”. Y desde él, todo es cuesta abajo para volver a Almadén de la Plata y disfrutar corriendo por las calles del pueblo hasta alcanzar el polideportivo.

Sinceramente, el recorrido me ha encantado porque sabe enlazar las zonas complejas con otras corribles que te permiten recuperar el aliento y continuar con la aventura.

Un dato. Si acabas la carrera con la sensación de haber podido apretar aún más el ritmo, con ganas de más y una gran sonrisa; es que la carrera es perfecta.


Las cosas de las carreras


Este tipo de carreras, que tienen de todo… son muy divertidas de disfrutarlas y sufrirlas. No están exentas de que tengamos algunas “aventurillas” adicionales.

-“¡Te cuento, te cuento!”-.  ^_^

La primera aventurilla que “sufrí” fue en los primeros kilómetros.

Ahí estoy yo, todo “pro”. Con mis mallas, mi camiseta de trail, el tubular, las gafas de sol, la mochila de trail, mis bastones en el cinturón y… “¿dónde coj…. está la cámara?”.

Resulta que no la he fijado correctamente y se me ha caído. Así que a volver sobre mis pasos. Por suerte otro corredor se dio cuenta de mi percance y me entregó la cámara.

-“¡Un millón de gracias!”-.

Cualquiera me aguanta tras haber perdido la cámara…  XD

Otra de las cosas con las que me he reído es con los carteles amarillos de avisos de la organización. Podíamos leer cosas como:

“Fuerte bajada. Cuidadín… Cuidadín…”
“Fuerte pendiente. El que avisa…”
“Bajada técnica, jijiji…”

Otras de las aventuras que he tenido es que en uno de los cruces de río, no he visto la señalización y he cruzado por donde no era y me he tenido que volver. He vuelto a cruzar y, al verme otro corredor, me ha indicado por donde era y he vuelto a cruzar; esta vez por donde era.

Y la última aventurilla; ¡la traca final!

Resulta que en la parte más llana de la carrera, por ir corriendo relajado, mirando el paisaje, paso la primera torta de hormigón por la que pasa el agua cuando llueve a tope, pero en la segunda…

En la segunda le “suelto una patada” al filo y salgo completamente descontrolado hacia delante y no consigo recuperar el equilibrio.

Ante esta situación tiro los bastones (que los llevo en la mano izquierda), en diagonal delante de mí y decido irme al suelo haciendo una voltereta de judo para frenar la inercia que llevo, y que me va a hacer caer completamente de boca, con la fortuna de hacerlo justo encima de todas las piedrecitas sueltas que había.


En fin, que me las clavo en las palmas de las manos, me hago un rasponazo en el codo derecho, otro en el lateras de la rodilla y otro en el tobillo. En la cadera derecha sólo un pequeño golpe sin consecuencias.

Eso sí, el gemelo derecho (con el que me tropiezo), se queda contracturado durante casi un kilómetro hasta que lo consigo recuperar.

-“¡Esto es trail! Y si uno llega limpio y sin “heridas de guerra” es que ha ido de paseo. O es una máquina; que también puede ser. Y lo peor de todo... ¡No había nadie para grabarlo!”-.  ;p

Y anteriormente, en un giro con vegetación alta, me choqué con una rama gruesa de un arbusto justo en el costado derecho y llevándome también un rasponazo. Jejeje.

En fin, cosas que pasan y que, si no llego a reaccionar rápido, igual me quedo fuera de los 101 a falta tan sólo de ocho días.


-“¡¿Has visto?! A pesar de algunos contratiempos me lo he pasado pipa”-.  ^_^

Así que el próximo año, volveré a hacer esta carrera y sí, volveré para disfrutarla y, por qué no, correrla de verdad y apurar al máximo en las bajadas (aunque me pegue un buen costalazo).

Y ahora sí, te dejo para que disfrutes de tu fin de semana. Próxima parada: ¡LOS 101!  ^_^



Nos leemos pronto!!

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