martes, 13 de enero de 2015

La Sobrepresión Pulmonar

Imagen: FreeDigitalPhotos


Hola a todos!!

En esta ocasión voy a dejar a un lado las zapatillas de running y voy a contarte algo acerca del buceo.

-“Hacía ya mucho tiempo que no te contaba nada de los dominios de Poseidón”-. ;)

Bueno, hace un par de artículos sobre el buceo, te conté qué era y en qué consistía la enfermedad del buzo. Por si no lo habías leído o no te acuerdas, te dejo el link aquí. :)

En el artículo que te traigo hoy, como has podido ver en el título, te voy a contar algo acerca del accidente de buceo más común (y eso que se dan en muy pocas ocasiones), aunque existen.
También te he contado en anteriores post que el buceo es una práctica deportiva muy segura y fiable. Y que toda esa seguridad depende en una gran medida de nuestra formación, experiencia, de nuestra forma física, de los compañeros de aventuras submarinas y del conocimiento de las zonas de buceo, así como del estado y conservación de nuestro propio material de buceo.


La sobrepresión pulmonar ha recibido en la literatura del buceo y en la médica diferentes nombres tales como barotrauma pulmonar, sobrepresión pulmonar, sobreexpansión pulmonar e hiperpresión torácica, entre otros.


¡Vamos con un poco de física de gases!


Nuestro amigo Robert Boyle, enunció una serie de principios o leyes de comportamientos de los gases, en los cuales determinó y demostró que “El volumen de un gas es inversamente proporcional a la presión”; o dicho de otro modo, si la presión aumenta entonces el volumen disminuye y, si la presión disminuye entonces el volumen aumenta.

Un ejemplo muy simple que podemos realizar es sumergir un globo lleno de aire en el agua (una piscina estaría bien ^_^). Entonces podemos ver cómo el globo se “encoge y se arruga” y, al volver a la superficie, el globo recupera su forma.


Respirando bajo el agua


Pues bien, eso es lo que sucede en nuestros pulmones cuando buceamos.
Gracias a la ayuda del regulador (el “cacharro” que llevamos en la boca), podemos respirar. Esto se consigue porque el regulador es capaz de darnos el aire a la misma presión a la que nos encontramos, o más concretamente, a la presión que se encuentran nuestros pulmones (es la llamada presión intratorácica).

Por lo tanto, cuanto mayor sea nuestra profundidad, mayor es la presión a la que nos vemos sometidos y menor es el volumen que ocupan nuestros pulmones (en principio). Para evitar esta “implosión” pulmonar, el aire que llevamos en las inmersiones está comprimido a 1200 atmósferas de presión (es el aire hiperbárico), lo que nos permite que nuestros pulmones sigan funcionando como en la superficie.


Ascenso, territorio de la Sobrepresión Pulmonar


Ascender de modo repentino al perder el regulador (es lo que se conoce como “escape libre”), entrar en pánico y emerger “a lo loco” o por un simple descuido, es cuando se corre el riesgo de enfrentarse a este tipo de accidentes; que son muy graves e incluso letales.

Como has visto antes, el aire que respiramos en las inmersiones es un aire hiperbárico (a presión) y, como te comentaba, al ascender, el aire aumenta su volumen; por lo que la presión interna de los pulmones aumenta (presión intrapulmonar). 
En esta fase de nuestra inmersión, cuando volvemos a la superficie, es especialmente importante hacerlo de forma progresiva y lenta, a la vez que exhalamos profunda y continuadamente, sin retener nunca el aire.

Una norma básica es realizar una parada de seguridad durante 3 minutos a una profundidad de 5 metros, para que de ese modo podamos realizar los intercambios gaseosos (sobre todo por el nitrógeno), de la forma más eficiente posible para nuestra seguridad y salud, así como para que nuestros pulmones corran el mínimo riesgo posible de sobrepresión.

Si por algún motivo bloqueamos durante el ascenso la salida del aire que llevamos en los pulmones, al ir disminuyendo la presión, el aire irá aumentando la presión dentro de nuestros pulmones hasta llegar a rebasar los límites de expansión de los tejidos. Esto puede provocar diferente tipos de lesiones; incluida la muerte.

La sobrepresión pulmonar puede provocar (de mayor a menor nivel de gravedad), las siguientes lesiones:

  1. Embolia Arterial Gaseosa. Es el caso más grave y suele estar asociado a cuadros de Embolias coronarias que desencadenan un infarto seguido del colapso cardiovascular inmediato y/o una Embolia Cerebral. 

  2. Neumotórax. El aire a presión penetra desde los pulmones (parénquima pulmonar) en la cavidad pleural, provocando el colapso pulmonar e impidiendo al buceador poder respirar.

  3. Enfisema Subcutáneo. En esta ocasión el aire llega al tejido subcutáneo. Lo más habitual es que se aloje en la base del cuello de manera directa o de modo secundario como consecuencia de un neumotórax. 

  4. Enfisema Mediastínico. Puede llegar a ser asintomático y puede estar asociado o no al neumotórax. En esta ocasión el aire se ha alojado en la cavidad existente entre los pulmones, por fuera de la pleura, por detrás del esternón y las uniones condrocostales y por delante de las vértebras.

Como puedes ver, el hacer las cosas de modo incorrecto en este tipo de actividades deportivas, puede tener graves consecuencias.
Así que si buceas o te animas a hacerlo, ten siempre presente una buena formación, hacer las cosas con mucha calma, atender a las normas de seguridad y, sobre todo, disfruta de la espectacularidad de los fondos marinos sabiendo que vas seguro. ^_^


Nos leemos pronto!!

Pd: Para los que como yo, no os hayáis dado cuenta, cometí un error en el post que ya está enmendado (es lo que está en color verdoso), gracias a la apreciación de Fran, director de Buceo Aqualia (es en la escuela en la que me formo como buceador). Así que aprovecho desde estas líneas para darle las gracias públicamente y, para los que estéis interesados en "asomaros" a los dominios de Poseidón, sólo tenéis que poneros en contacto con ellos en  Buceo en la Herradura.

2 comentarios:

  1. Muy instructivo, Jesus.
    Nunca he practicado este deporte, me da un poco de respeto porque yo soy muy torpe para estas cosas jaja y encima tengo los pulmones delicados.
    Un abrazo

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  2. Muchas gracias Erika!!

    Yo también soy algo torpón, sobre todo en el momento de tener que comenzar la inmersión. En este deporte un pilar básico es tener buena salud y condición física; de hecho para poder meternos en el agua, tenemos que tener pasado un reconocimiento médico por un especialista en medicina hiperbárica.
    Además creo que no estaría demás complementarlo con una prueba de esfuerzo. Por pedir... Jejeje

    Me ha hecho mucha ilusión tener tu comentario en el blog ^_^

    Saludos!!

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